Muchas veces una de los principales frenos que tenemos en la vida son las circunstancias negativas que queramos o no, son parte del vivir. La historia que a diario escribimos está llena de episodios que no cabe duda, muchos de ellos, quisiéramos borrar. Te aseguro que tú y yo algo tenemos en común: las veces que hemos fallado, los intentos que no resultaron, los sueños que no se cumplieron, la gente que no creyó en tus capacidades, aquellos que se mostraron cercanos pero simplemente te engañaron. Para que hablar de los que te pidieron un favor, y nunca devolvieron, y así los ejemplos podrían escribir páginas de un libro.
Pero aquí es donde surge lo interesante, quedarte con esa sumatoria de frustraciones, y pensar que ya es tarde para poder alcanzar aquello que por tanto tiempo te ha quitado el sueño, o agacharte y recoger cada lagrima, cada fracaso y convertirlo en ríos, mares, puentes que permitan convertirse en el camino que te lleve al éxito y en definitiva armarte de pasión y tomar un nuevo impulso que te permita elevarte más allá de tu pasado y de tu presente, que te disparé al futuro, en donde puedas contemplar que en cada falla, en cada error que cometiste se comenzaba a forjar el carácter del guerrero que no sabe de batallas pérdidas, si de derrotas, pero sólo para adquirir experiencia para el próximo triunfo que será más grande que el anterior.
Esta es mi historia, y la historia de Grupo A3, nos convencimos que el pasado de nuestra juventud y que los intentos fallidos no definirían nuestro potencial, menos cuando habíamos decidido invitar a caminar y a soñar junto a nosotros al creador de todos los milagros. Comenzamos sin peces en la barca, lanzando la red una y otra vez sin pescar nada, hasta que se subió el impulsor y el motor de mi vida, y pasamos de ser un nombre a una empresa que comenzó a consolidarse y generar en nuestro primer año la venta que una empresa logra en 3 años. La clave, somos buenos? lo intentamos y dejamos todo nuestro corazón en alcanzar los estándares requeridos; tenemos suerte?, ese concepto es muy relativo y sirve para ir al casino; somos simpáticos?, ni tanto hay bastantes a los que no le agradamos. Qué tenemos entonces, la verdad, únicamente, una palabra, una promesa, de que Dios estaría en cada una de las cosas que emprendiéramos y que aun cuando no viéramos nada el estaría trabajando a nuestro favor, y hoy te aseguro que hemos disfrutado como niños de esa promesa y seguimos creyendo como la primera vez en esa palabra que nos regaló.
Quieres construir una casa; quieres hacer una piscina; quieres construir un quincho; no pares de soñar, nada es imposible: cree, confía, que nadie te diga que no se puede, si en tu corazón está ese fuego, no hay lluvia que lo pueda apagar. Y si necesitas que tus fracasos se conviertan en éxito, invita a tu barca al que todo lo puede, al que nunca falla, al que está esperando sorprenderte, y así , más pronto de lo que imaginas, te veremos por nuestras oficinas para que puedas comenzar a concretar tus sueños.